DANZA DE LAS TIJERAS
Los campesinos llamaban a esta danza Supay Huapasi Tusak, que significa “danzante en la casa del diablo”. Fue el gran José María Arguedas quien generalizó la apelación de tijeras debido a los instrumentos que los danzantes llevan en una de las manos.
El Danzaq o Danzante de Tijeras o él que hace la danza Gala, se encuentra en los departamentos de Ayacucho, Apurímac y Huancavelica donde al danzante se le denomina tusuq. Es decir, pertenece únicamente a la región en que se cultiva el dialecto quechua chanka.
Los danzantes de tijeras descienden de los tusuq laykas que eran sacerdotes, adivinos, brujos y curanderos prehispánicos, quienes durante la colonia fueron perseguidos; es durante la etapa colonial en donde comienzan a hacerse conocidos como supaypa wawan (''hijo del diablo'' en quechua) refugiándose en las zonas más altas. Con el pasar del tiempo los colonizadores aceptaron que volvieran pero condicionándolos a danzar a los santos y al diós católico, iniciando de este modo la tradición de ejecutar la danza de las tijeras en las fiestas patronales. Durante la colonia la danza quedó influenciada por los movimientos de la jota, contradanza y minués españoles, además que por los trajes de luces españoles. Existen evidencias documentales de que en el año 1600 la danza de las tijeras ya era practicada extensamente.
Actualmente es una danza ritual y mágico-religiosa que representa a traves de sus coreografías a los espíritus de la pachamama, yacumama, hanaccpacha, ucupacha y otros wamanis.
La música del arpa y del violín acompañan esta danza individual que es de competencia y compromete también a los músicos así como es gimnástica, porque sus variados pasos y figuras exigen cualidades físicas extraordinarias. Y acrobática ya que el danzante debe hacer cosas inigualadas como subirse a la cúspide de una torre con el sólo auxilio de un lazo, y alrededor de una cruz seguir bailando. Es faquirísmo porque es frecuente que camine sobre el filo de cuchillos o vidrios rotos; o que se traspase con ganchos o agujas los labios o los lóbulos de las orejas, y que con su tabique nasal el Danzaq levante un arpa u otra cosa. Son comunes sus juegos de magia. Pero, no obstante, es antes que nada un bailarín, un artista. Se dice por eso que él tiene pacto con seres sobrenaturales. Se prepara desde la niñez en absoluta entrega a su arte. Sin duda que su vigencia se relaciona con los conceptos religiosos indígenas antiguos. Por eso él baila el Wallpa Waqay (canto del ave sagrada) cuando amanece y baila la agonía representando la muerte del día y la llegada de la noche en que al transformarse su espíritu va al infinito, expresando en una alegoría plástica, un drama de contenido cósmico y no es raro que el danzante caiga en trance. El vestido de algunas de las melodías de la danza revela una fuerte influencia hispánica pero en su conjunto esta es absolutamente indígena.
El 16 de noviembre del año pasado ha sido reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por su antigüedad y valor simbólico. Y lo mismo ha pasado con la danza ''Huaconada de Mito'' de la cual ya hablamos en el boletín 01 aun antes de que fuera reconocida por la Unesco.
William Zanatta
William Zanatta
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